Joan M. Amich: “El catecumenado no se puede reducir a una mera comunicación de los contenidos fundamentales de la fe cristiana”

//Joan M. Amich: “El catecumenado no se puede reducir a una mera comunicación de los contenidos fundamentales de la fe cristiana”

Joan M. Amich: “El catecumenado no se puede reducir a una mera comunicación de los contenidos fundamentales de la fe cristiana”

Joan Maria Amich i Raurich, Vicario Episcopal y Delegado del Catecumenado y Catequesis del Bisbat de Girona, presentó la primera parte de la quinta sesión del Curso de Formación Permanente que se imparte en la Facultad de Teología San Vicente Ferrer de Valencia. Presentó la reflexión Hacerse discípulos de Jesús en el modelo del Catecumenado.

 

La presentación estuvo en todo momento acompañada de la experiencia del trabajo catecumenal que, por su responsabilidad, se viene realizando en la Diócesis de Girona.

 

Partió de la constatación de que “hoy, es un hecho que existen personas adultas que se acercan a la fe cristiana. No se trata de un acercamiento masivo, pero sí significativo en muchas regiones de Europa”. Monseñor Amich presentó los diferentes perfiles que tienen esas personas que, en un momento de su vida, deciden hacerse cristianos. A grandes rasgos, estas personas se podrían integrar en dos grandes grupos: por un lado “aquellos que han tenido poca o nula relación con el cristianismo” y, por el otro, “personas que, habiendo sido bautizadas en su niñez, no han llegado nunca a una asunción personal de la fe cristiana o, de hecho, la han abandonado”.

 

 

En este sentido, dice Joan M. Amich, “la experiencia catecumenal va dirigida a unos y a otras” aunque hay que establecer una clara distinción entre aquellos que no han recibido el bautismo (que serán propiamente los “catecúmenos”) y los que piden “completar la iniciación cristiana o retomar el camino hacia la vivencia de la fe”.

 

Resulta importante tener claro que “la pluralidad de accesos a la fe cristiana seguramente puede comportar una gran variedad en los resultados finales, es decir, en la manera como estas personas encarnarán el cristianismo”.

 

 

Además, en la sociedad actual existe “una nueva manera de comprender y vivir el tiempo” en la relación al proyecto de vida de cada persona. Hoy en día “podemos convertirnos en cristianos a cualquier edad” y es importante la respuesta que da la Iglesia a este nuevo hecho. En este sentido, se puede valorar la experiencia del “catecumenado antiguo”, el de la Iglesia durante los siglos II y III cuando “se empezó a institucionalizar en la Iglesia un periodo de formación para los nuevos creyentes que precedía a la celebración del Bautismo”.

 

Esa formación para los nuevos cristianos resulta esencial. Se trata de un proceso importante puesto que “no se puede tratar a un adulto como tratamos a un infante”. Había que “preparar adecuadamente a los catecúmenos para mantener una personalidad cristiana duradera”. En este sentido “la prisa en el catecumenado, como en todos los procesos pastorales, nunca es buena consejera”.

 

 

Recordó el Vicario Episcopal que San Agustín propuso “conjugar en la pastoral conjugar la firmeza con la bondad”. Mientras que el Concilio Vaticano II reinstaura un catecumenado que había ido desapareciendo progresivamente a partir del siglo V. El Vaticano II define que el catecumenado “no es una mera exposición de dogmas y preceptos, sino una formación y noviciado convenientemente prolongado de la vida cristiana” y por ello “no se puede reducir sólo a una mera comunicación de los contenidos fundamentales de la fe cristiana”.

 

2018-02-05T12:46:11+00:00 5-febrero-2018|Formación Permanente|Comentarios desactivados en Joan M. Amich: “El catecumenado no se puede reducir a una mera comunicación de los contenidos fundamentales de la fe cristiana”