El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, presidió en la Catedral la misa de apertura el Año Santo Jubilar con motivo del sexto centenario de la muerte de San Vicente Ferrer. El jubileo se clausurará el 29 de abril de 2019. La apertura se celebró durante la solemne misa de Pontifical con motivo de la fiesta del patrón de la Comunitat Valenciana. En ella se leyó el decreto del Arzobispo del Año Santo Jubilar, conforme ha sido concedido por la Penitenciaria Apostólica de la Santa Sede, por el que la diócesis de Valencia contará con 14 templos jubilares y por el que se establece los requisitos para la obtención de la indulgencia plenaria.
La homilía corrió a cargo del fraile dominico José Manuel Alcácer para seguir la tradición basada en las predicaciones que en el siglo XIV hizo el santo valenciano, perteneciente a la misma orden, desde un púlpito de la propia Seo que se conserva junto al altar mayor.
«Año de evangelización y renovación pastoral»
En su predicación, realizada en valenciano, Jose Manuel Alcácer señaló que la Iglesia valentina, «hace el propósito de continuar la obra de San Vicente, con gozo y esperanza». Por ello, comienza un año de celebración «para hacer resonar con más fuerza que nunca su voz potente para que sea en tu nombre un año de evangelización y de renovación pastoral, tal y como desea nuestro Arzobispo».
Tras realizar un repaso por la biografía del San Vicente Ferrer, Alcácer resumió su vida y santidad como «fe, esperanza y apasionado amor por Jesucristo, que le empujó a predicar el Evangelio por todas partes» en un momento en el que el mundo tenía «un corazón muy alejado de Dios».
El sacerdote dominico trasladó su discurso a la actualidad y apeló a Europa, España y Valencia a «levantarse y no avergonzarse del Evangelio» que ha guiado sus orígenes. También señaló que la evangelización de San Vicente Ferrer fue también civilizadora, por «condenar los abusos e injusticias; contribuir a mejorar las costumbres; promover la dignidad de la personas; proteger y favorecer al desvalido; poner la paz entre los que se encuentran enfrentados por odios irracionales y buscar sin descanso el bien común».
El fraile dominico pidió la intercesión del santo valenciano «para proteger y ayudar a nuestro Arzobispo y sus obispos auxiliares para que el espíritu del Señor les haga modelos de Buenos Pastores en compañía de todo su presbiterio y suscite nuevas vocaciones».
La eucaristía comenzó tras un volteo extraordinario de las diez campanas para marcar el inicio del Año Jubilar Vicentino a cargo de miembros de la asociación Campaners de la Catedral de València.
La eucaristía fue concelebrada por los obispos auxiliares de Valencia monseñores Esteban Escudero y Javier Salinas, el obispo emérito de Lleida, monseñor Juan Piris y el provincial de los Dominicos de la Provincia Hispania, Juan Díaz Sariego, junto a medio centenar de sacerdotes, entre ellos varios frailes dominicos.
Durante la eucaristía cantó la Coral Catedralicia que interpretó el motete Érase señores de Juan Bautista Comes, la misa Nostra Pregaria de José Climent y el himno a San Vicente Ferrer de Miguel Asins Arbó.
Por su parte, el obispo auxiliar monseñor Arturo Ros presidió la apertura del Año Santo en la localidad de Teulada.
Procesión vespertina
Por la tarde, a las 19:00 horas, se celebró la procesión general con las asociaciones vicentinas que partió de la Catedral, por la Puerta de los Hierros, con la imagen del patrón. La procesión continuó hacia la calle de la Paz para llegar a Capitanía General, antiguo convento dominico donde residió San Vicente Ferrer. Posteriormente, siguió hacia la Casa Natalicia del santo, realizó una parada en la iglesia de San Esteban y, finalmente, regresó a la Seo.
FOTOS DE ALBERTO SÁIZ
NOTICIA ELABORADA CON LA INFORMACIÓN DE LA WEB DE LA ARCHIDIÓCESIS DE VALENCIA