José Manuel Alcácer Orts, o.p. (Quart de Poblet, 1944) fue el indiscutible protagonista de la presentación del libro homenaje que le ha dedicado la Facultad de Teología San Vicente Ferrer de Valencia. El Catedrático Emérito de Sagrada Escritura recibió el calor de numerosos familiares y amigos que quisieron acompañarlo en el lanzamiento de No me avergüenzo del Evangelio (Rom 1,16), libro que sirve para homenajear al padre dominico y agradecerle toda su trayectoria en nuestra institución universitaria.
El título de la obra, frase con la que san Pablo comienza la Carta a los Romanos, fue elegido porque «es el libro que ha guiado mi vida, ya que en él se recogen las líneas maestras que me han guiado como cristiano, como presbítero y lo que he querido que fuese mi actividad docente», explicó el propio Alcácer. Se declara un «gran deudor» de san Pablo «y por eso he intentado estudiarlo y explicarlo lo mejor posible, intentando despertar en mis alumnos el interés por él y pensando que es, desgraciadamente, un tesoro escondido para muchos, un manantial de sabiduría y salvación divinas».
Acompañaron al homenajeado el Decano-Presidente de la Facultad, Vicente Botella Cubells o.p., que hizo las veces de anfitrión y presentador; y los dos editores del libro, actuales Catedráticos de Sagrada Escritura, Juan Miguel Díaz Rodelas y José Carlos Gimeno Granero o.c.d.
Fue precisamente el carmelita descalzo el encargado de comentar una breve biografía de José Manuel Alcácer, una semblanza predominantemente académica pero en la que «no podemos silenciar su ministerio de la Palabra a través del Camino Neocatecumenal que fue la respuesta a su exigencia de buscar un cauce para la renovación conciliar que postulaba una vuelta a las fuentes», afirmó el profesor Gimeno Granero.
Díaz Rodelas presentó a continuación las diferentes partes en las que se divide este libro promovido por la Facultad de Teología «como reconocimiento de la labor docente e investigadora del Padre Alcácer». Detalló el Catedrático de Sagrada Escritura y director el Instituto Superior de Ciencias Religiosas (ISCR) de Valencia todo el elenco de autores, más de 25, que han querido participar en esta obra para mostrar a fr. José Manuel «su aprecio, su amistad y, en bastantes casos, su gratitud».
El P. Alcácer se mostró sinceramente agradecido «por haberme sentido querido y honrado». «Es la hora de la gratitud para con Dios, que me ha llevado por estos caminos y que se valió de mis padres para iniciar esta andadura», dijo. Recordó también a sus maestros y alumnos ya que «si en algo les he podido ayudar, mucho más me han ayudado ellos a mí». «Y, por supuesto, gratitud a todos los que han hecho posible que estas páginas vieran la luz», añadió en relación al libro homenaje.
«Siempre he entendido la docencia en un centro superior como uno de los modos más eminentes de la predicación, dado el efecto multiplicador sobre los alumnos que después, en su mayoría, serán los pastores del pueblo de Dios al que tendrán que instruir en la fe», destacó el padre dominico. Más que de docencia, José Manuel Alcácer prefiere hablar en su trayectoria de un «aprendizaje» porque durante los años de profesor «he ido aprendiendo tanto de los libros, como del ejercicio de mi ministerio presbiteral, muchas más lecciones de las que he impartido».