El Catedrático de Teología Dogmática Eloy Bueno de la Fuente ofreció una conferencia sobre la importancia de la misión en la vida eclesial con motivo del Mes Misionero Extraordinario convocado por el Papa Francisco para octubre de 2019. La charla ha sido organizada por la Cátedra de Misionología de la Facultad de Teología San Vicente Ferrer, en colaboración con la Delegación de Misiones del Arzobispado de Valencia y las Obras Misionales Pontificias (OMP). El director de la Cátedra, Mariano Ruiz Campos, presentó al invitado en un acto que se desarrolló en el salón de actos de la Facultad de Teología valenciana.
En la conferencia estuvieron presentes el obispo auxiliar de Valencia monseñor Javier Salinas, el delegado de Misiones de la Diócesis, Arturo García, el decano de la Facultad de Teología, Vicente Botella, y el vicedecano de la misma, Santiago Pons.
Bajo el título El mes misionero extraordinario. Una provocación para la teología y la pastoral, el profesor de la Facultad de Teología del Norte de España, Sede de Burgos, y Director del Instituto de Misionología y Animación Misionera de dicha Facultad, destacó el hecho de que «la misión de Dios no tiene límites ni tiene fronteras» por lo que «la Iglesia existe como servicio a esa misión universal».
Eloy Bueno planteó una reflexión que considera necesaria para cualquier iglesia local. «Toda iglesia ha surgido porque alguien vino de fuera», lo que implica tomar conciencia de que el origen de todas las iglesias viene de la misión realizada por alguien en algún momento de la historia. En este sentido, el profesor De la Fuente acude al Nuevo Testamento al que considera «un conjunto de textos intrínsecamente misioneros. Algo que se ve especialmente en las cartas de san Pablo».
Recordó el profesor Bueno que para el Papa Francisco «el cristiano tiene que tomar la iniciativa» allá donde esté. Para el Santo Padre el cristiano en su ámbito de actuación debe «ofrecer un testimonio de vida, una esperanza, algo nuevo…» Ese estilo de vida esperanzado «tiene que estar en el origen y eso, en un momento determinado, se
hace diálogo y anuncio». La actitud inicial de todo cristiano «que brota de la fe» debe también animarle a «hacerse presente en cualquier periferia», utilizando la expresión del propio Papa Francisco. Y esas «periferias» pueden ser «geográficas y existenciales».
Eloy Bueno de la Fuente opina que «el gran discernimiento que hoy se debe hacer en todo plan pastoral o proyecto diocesano» tiene que ver en definir «cuales son las fronteras o barreras que como Iglesia tenemos que saltar». No se pueden poner «límites» porque «desde el origen de la fe, que siempre se vive como Iglesia, siempre hay alguna frontera que saltar». El gran peligro para las iglesias locales es quedarse en una reflexión que diga «bastante misión hay aquí» porque, a juicio del Catedrático de Teología Dogmática, «la misión no está ni aquí ni allí. Está en el mismo ser de la Iglesia enviada a todo el mundo».
Insistió, por ello, en «recuperar el momento originario de la fe que se hace comunicación y, por tanto, anuncio allí donde está uno». Y se trata de un momento inicial «que no puede vivir aislado del último confín de la tierra».
Considera que «la Iglesia se rejuvenece desde la misión ya que puede liberar muchísimo de las obsesiones que a veces configuran la vida eclesial. La misión es la ocasión para que cada uno aportemos lo mejor que tenemos».