Santiago Pons, vicedecano de la Facultad de Teología de Valencia, destacó que del actual Sínodo diocesano «no podemos esperar recetas» o soluciones concretas, sino que debe servir a la Diócesis para abrir nuevas «líneas de actuación, iniciar procesos concretos, en parroquias concretas y con personas concretas».
Esta reflexión la hizo durante la tercera sesión del Curso de Formación Permanente 2020 que organiza la Facultad de Teología San Vicente Ferrer y que se centró en ofrecer el sentido que tiene el Sínodo diocesano convocado por el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares. Monseñor Javier Salinas, obispo auxiliar de Valencia, participó es esta sesión de este Curso destinado a sacerdotes pero que está abierto a la participación de cualquier laico.
El ponente presentó en primer lugar los objetivos que se ha marcado el actual Sínodo: «El Sínodo diocesano pretende introducir a la Iglesia diocesana en una nueva etapa evangelizadora, para ello es necesario impulsar una renovación pastoral en clave de sinodalidad y comunión para que se engendren en su seno verdaderos discípulos misioneros», apuntó.
Tras presentar estos objetivos, Santiago Pons detalló las «dimensiones» sobre las que debe reflexionar el Sínodo diocesano. Estos son los ámbitos de reflexión que se pueden organizar dentro de esta nueva etapa evangelizadora:
- Parroquia evangelizadora:
a) Iniciación cristiana
• Primer anuncio
• Discipulado
• Servicios (vocación)
b) Comunidad
c) Eucaristía
2. Actores
a) Laicos
• Mujer
• Jóvenes
b) Vida Consagrada
c) Sacerdotes y diáconos
3. Sectores
a) Familia
b) Evangelización de la cultura: Escuela y Universidad.
c) Nuevas pobrezas
d) Caridad
Las diferentes temáticas han sido distribuidas en siete comisiones de trabajo que se encargan de proponer un informe que se presentará a la Comisión Central del Sínodo para que elabore el «documento de trabajo que es sometido a la consideración de quienes forman parte de la asamblea sinodal». En este punto, presentó el profesor Pons el desarrollo y las fechas concretas que marcan el Sínodo en el que estamos inmersos. Y destacó que «el trabajo de la Comisión Central será muy importante ya que deberá organizar todo el trabajo de las Comisiones técnicas y elaborar un Instrumentum Laboris adecuado a las necesidades actuales, que sea creíble y aplicable. Pero, ¿a qué cambio de época nos estamos enfrentando?».
El ponente hizo un paréntesis respecto del Sínodo diocesano para presentar, en unos minutos, aspectos que considera vitales para conseguir que dicho Sínodo sea útil. Explicó el vicedecano de la Facultad de Teología que la Iglesia debe asumir que se está ante un «cambio de época que tiene un origen diverso y en el que aparecen situaciones histórico-culturales que suponen un cambio profundo». «El cambio es de tal magnitud que algunos autores lo llaman una metamorfosis de lo sagrado, autores como Martín Velasco lo sitúan a la altura del cambio producido en el mundo de las religiones en el siglo VI a.C.», dijo Pons.
«Para entrar en esa nueva etapa evangelizadora se requiere una renovación pastoral o conversión pastoral como le gusta llamarla al papa Francisco. Y renovar supone introducir cambios. ¿Qué tipos de cambios necesitamos? Esto nos está costando de asumir ya que el cambio al que nos enfrentamos es de tal magnitud que la renovación tiene que producirse en profundidad», señaló.
Considera Santiago Pons que los cambios que se necesitan «no van a provenir de los despachos sino de la propia vida, de la actividad de las parroquias, de compartir experiencias, del día a día». Por ello, el Sínodo no servirá para «resolver nuestros problemas por el mero hecho de publicar unos documentos». «Un sínodo no es una acción mágica», destacó Pons, y del mismo «no podemos esperar recetas, soluciones concretas, sino líneas de actuación, iniciar procesos concretos, en parroquias concretas y con personas concretas».
Por ello «necesitamos líneas de reflexión y caminos que transitar. Se requiere una implicación personal en nuestro modo de situarnos en la parroquia» tanto por parte de los sacerdotes como de los laicos. Hace falta «aprender a caminar juntos, a buscar juntos, a compartir los problemas y buscar las respuestas». Y para conseguirlo, cree el profesor Pons que «hemos de recuperar lo esencial».
Recordó el vicedecano que el próximo 5 de marzo el profesor emérito de la Facultad José Vidal «nos situará en la reflexión de la esencia del cristianismo, una reflexión oportuna ya que debemos tener claro que en nuestro anuncio debemos centrarnos en lo esencial para que no se difumine la Buena Noticia de la que somos testigos».
Concluyó Santiago Pons su intervención citando al profesor Juan José Garrido sobre la tarea de nuestro tiempo:
«En una situación como esta, la Iglesia, como se desprende de su misma historia, tiene ante sí un doble reto: por un lado, debe renovarse en el sentido de despojarse, separar y liberar el cristianismo de los elementos caducos y contingentes que el devenir histórico ha incrustado en él; y, por otro, preparar con el pensamiento, la vida y la acción el advenimiento de una nueva cristiandad. Vistas así las cosas, podemos decir que estamos llamados a ser, no los últimos cristianos, sino “los primeros” de una nueva cristiandad. Este parece ser nuestro destino actual.
Nadie sabe qué rostro presentará esa nueva cristiandad; ni conocemos con certeza los caminos que nos llevarán a ella; y, por supuesto, ignoramos cuando comenzará a hacerse presente. Humanamente hablando, vamos a tientas, pero también dejándonos llevar por el Espíritu Santo, que alienta, sugiere, guía y suscita en la Iglesia sus movimientos y trabajos».
La conferencia se pudo seguir en directo, además de en el salón de actos de la Facultad de Teología, en otros tres lugares de la Archidiócesis de Valencia: el Colegio Santa María de Ontinyent, la parroquia María Madre de la Iglesia de Llíria y la parroquia de la Sagrada Familia de Gandia. También se pudo seguir en nuestro canal de Youtube. Para saber cuándo ofrecemos una conferencia en directo hay que subscribirse a dicho canal.