El sacerdote e historiador valenciano Vicente Cárcel Ortí ha publicado, en el último número de la revista Anales Valentinos, que publica la Facultad de Teología San Vicente Ferrer de Valencia, una investigación sobre la destrucción del patrimonio histórico-artístico en la Valencia republicana de 1936, que ha podido documentar tras la reciente apertura de los archivos del pontificado de Pío XII (1939-1958) en el Vaticano.
La apertura de los archivos de Pío XII “permite a los historiadores que llevan años documentando la historia española del siglo XX ampliar sus estudios desde las fuentes vaticanas inéditas”, ha indicado Cárcel, que ha concluido recientemente su serie de libros para la BAC (Biblioteca de Autores Cristianos) sobre la II República y la guerra civil y centra ahora sus investigaciones en el pontificado de Pío XII.
Uno de los documentos de “mayor interés” que Cárcel ha podido identificar es la “Relación de los hechos ocurridos con motivo de la guerra determinada por el levantamiento cívico-militar del 18 de julio de 1936”. Este informe recoge todos los daños sufridos por las diócesis españolas y fue remitido al Vaticano en 1941 por el nuncio monseñor Gaetano Cicognani. Las referencias a Valencia son las que han sido editadas ahora Vicente Cárcel.
Ese informe fue elaborado por el entonces canciller y secretario de Cámara, Miguel Fenollera Roca (Valencia, 7 junio 1880 – 3 mayo 1941), fundador de las Operarias del Divino Maestro (Avemarianas) y se trata de una “nueva aportación para la memoria histórica diocesana, que completa las biografías de los más de 350 sacerdotes mártires, varios centenares de religiosos y religiosas así como de numerosos seglares, entre ellos los hombres y mujeres de Acción Católica beatificados en 2001”.
Es “una aportación muy novedosa porque describe la pérdida del patrimonio histórico, artístico y documental de cada una de las parroquias de la archidiócesis valentina en el que ha sido denominado como el “martirio de las obras de arte”, víctimas de incendios y destrucciones provocadas por los republicanos durante la guerra civil, que no sólo intentaron acabar con el clero y el laicado católico, sino que a la vez destruyeron templos, capillas, conventos, ermitas, calvarios, etc”, expresa Vicente Cárcel.
El informe describe minuciosamente lo que sucedió en la capital, comenzando por la Catedral, el Palacio Arzobispal y el Seminario de la calle de Trinitarios y siguiendo por todas las parroquias de la ciudad.
También ofrece la relación completa de los pueblos por orden alfabético, indicando los destrozos sufridos por las casas parroquiales, los archivos y pequeñas bibliotecas, las numerosas obras de arte religioso y el mobiliario litúrgico de cada iglesia, la profanación de cementerios y tumbas.
En general fueron tablas góticas, lienzos, tallas, esculturas, custodias, vasos sagrados, cruces procesionales, objetos de orfebrería religiosa, ornamentos sagrados, y “muchas obras eran pinturas de Juan de Juanes, Yáñez de Almedina, Ribalta, Ribera, Orrente, Vicente López, Vergara, Palomino, El Greco, Goya, esculturas de Esteve y otras muchas de autores anónimos”.
En resumen, “un ingente patrimonio de carácter histórico, artístico y documental que Valencia perdió para siempre, porque después de la guerra sólo se pudo recuperar una pequeña parte de lo destrozado y robado en aquel trágico trienio”, asegura el investigador valenciano.
(Información publicada por la Agencia AVAN)