La Facultad de Teología San Vicente Ferrer de Valencia ha celebrado la fiesta de Navidad con una eucaristía presidida por el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, Gran Canciller de la institución universitaria. La misa se ha desarrollado en la Iglesia de San Esteban Protomártir, cerca de la sede de la Facultad de Teología y se han tenido en cuenta todas las medidas sanitarias para prevenir los contagios de la Covid-19.
«Que no nos roben la Navidad, la verdadera Navidad. Recuperemos el gozoso sentido de la Navidad que es Dios con nosotros», ha señalado el Cardenal Cañizares durante su homilía. Ha querido recordar que este tiempo sirve para demostrar que «Dios lo ha apostado todo por el hombre, ha querido ser Emmanuel, ha querido levantar y engrandecer al hombre. Esta humanidad es la humanidad de Dios. Este es su amor».
«Que la fiesta de la Navidad llegue a todos y que llene de alegría profunda todos los hogares de la tierra» ha deseado Cañizares.
Este año no se ha podido celebrar la misa en la Capilla del Palacio Arzobispal, como es tradicional, pero profesores, alumnos y personal de administración y servicios no han desaprovechado la oportunidad de participar y felicitar al Gran Canciller por estas fiestas. Junto al Cardenal Cañizares, han concelebrado, entre otros, Vicente Botella OP, Decano-Presidente de la Facultad, y Santiago Pons, Vice Decano.
La felicitación navideña ha llevado el sello del padre Botella, que en nombre de todos los miembros de la Facultad ha pronunciado unas palabras tras la eucaristía. «Navidad es nacimiento, es la sorpresa de la vida que gratuitamente se nos ha dado, avalada y sostenida, nada más y nada menos, por el mismo Dios», ha apuntado el Decano. «Navidad es nacimiento, que en la sorpresa y el amor de Dios grita al mundo que la vida tiene sentido y que el hombre no está desamparado, sino que vale e importa porque es hijo de Dios».
Ha recordado también el dominico que la Navidad «convoca a todos los hombres y mujeres de buena voluntad a cuidar del otro, sobre todo, del que como el pequeño nacido en Belén, es vulnerable y frágil». «En estos tiempos de pandemia, de crisis económica, laboral y social; en esta sociedad cerrada poco acogedora y seducida cada vez más por la cultura de la muerte, los cristianos hemos de ser la buena noticia de la Navidad de Dios entre los hombres y mujeres de este mundo», ha dicho Vicente Botella. «Ojalá seamos capaces de cumplir este papel».