La Facultad de Teología San Vicente Ferrer de Valencia acaba de publicar el séptimo volumen de la serie Valencianos en la Historia de la Iglesia, la edición en papel de las jornadas que con el mismo nombre se desarrollaron en 2020. El séptimo encuentro que da nombre a la iniciativa investigadora reunió por internet, en plena primera ola de la pandemia del Covid 19, a un grupo de especialistas procedentes de distintos ámbitos.
Valencianos en la Historia de la Iglesia es un trabajo dedicado al estudio y la divulgación del pasado eclesiástico valentino y su origen se remonta al año 2005, cuando el Instituto CEU de Humanidades Ángel Ayala y la Academia de Historia Eclesiástica de Valencia, dentro de un convenio de colaboración suscrito entre ambas instituciones, celebraron la primera de las jornadas. El volumen que ahora se publica es el último de una historia que ya acumula quince años y siete encuentros.
«El libro recopila las diez intervenciones, hoy capítulos, que conformaron la última entrega». Así lo explica en la introducción Emilio Callado Estela, profesor en la Universidad CEU Cardenal Herrera y coordinador de la obra.
El primer capítulo, a cargo de Pilar Valor Moncho, se ocupa de Inés Pedrós de Alpicat, más conocida como la beata Inés de Moncada, «mujer mística y de santidad precoz cuyo anacoretismo le llevaría a pasar sus días en una pequeña cueva, donde halló la muerte en 1428».
De otra figura medieval algo posterior, el religioso mercedario Juan Gilabert Jofré, impulsor del primer hospital psiquiátrico de Europa y amigo de san Vicente Ferrer, nos habla Vicent F. Zuriaga Senent.
El tercer capítulo del volumen presenta al clérigo de Penàguila Bernat Fenollar. El investigador Frederic Aparisi Romeu «no quiere insistir tanto en su faceta literaria más popular como en la vertiente eclesiástica del personaje, domero de la catedral de Valencia», explica Callado Estela.
«El obispo de Osma Honorato Juan, humanista y mentor del mismísimo Felipe II, constituye nuestro cuarto protagonista», gracias al trabajo de Francisco José Sanchis Moreno.
De formación y talante radicalmente diferentes sería el hombre cuya memoria recupera Francisco Pons Fuster. «Hablamos del dominico fray Juan Gavastón, desde luego no entre los más ilustres hijos del Patriarca de Caleruega durante el Seiscientos, pero cuya vida, y sobre todo su obra escrita, bien merecen un análisis en profundidad».
El sexto capítulo analiza la figura de una mujer que «todavía hoy ocupa un lugar de honor en el universo devocional de muchos valencianos, la beata Inés de Benigànim» afirma el coordinador de la obra. La religiosa agustina descalza, beatificada por el papa León XIII, es recordada por Laura Guinot Ferri.
El propio Emilio Callado estudia la figura del padre José Bono, que no alcanzó la gloria de los altares pero que constituye «un claro exponente del dominicanismo tardobarroco valentino a cuya santidad finalmente frustrada no acompañaría la nueva centuria inaugurada con las Luces».
Entre la Ilustración y el liberalismo –para su biógrafa Maria Llum Juan Liern– encontramos a Vicente Blasco García, rector de la Universidad de Valencia y artífice del plan de reforma de estudios en ésta implantó en 1787.
Ramón Aznar García avanza un poco más en el tiempo, hasta la Guerra de Independencia primero y la restauración absolutista después, «para adentrarse en la personalidad del obispo de Orihuela, patriarca de las Indias y cardenal Francisco Antonio Cebrián y Valda».
Se cierra el libro con un estudio final sobre Emilio Carbonero Vidal, «que venido al mundo en 1869 dejaría su particular huella en la Historia de la Iglesia local como logopeda, esperantista y escritor», según explica Antoni Ferrando Francés.
Valencianos en la Historia de la Iglesia VII forma parte del Proyecto de Investigación La Catedral Barroca. Iglesia, sociedad y cultura en la Valencia del siglo XVII, financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad del Gobierno de España.
El volumen ha sido editado por el Servicio de Informática y Publicaciones de la Facultad de Teología San Vicente Ferrer.