«La pérdida de Dios implica la pérdida del yo, porque el yo sólo está legitimado por la existencia de Dios». «Cuando alguien reza para que las cosas cambien, está haciendo que este mundo cambie a mejor».
Son algunas de las afirmaciones que nos dejó el encuentro Diálogo y aportación mutua entre la teología y la cultura en el contexto contemporáneo, que reunió en la sede de Santa Úrsula de la Universidad Católica de Valencia al escritor ganador del Premio Planeta Fernando Delgado, periodista, además de exdiputado en las Cortes Valencianas; y a Jaime Siles, Catedrático de Filología Latina en la Universitat de València, poeta y crítico literario. Una mesa redonda organizada con motivo de la conmemoración del 50 aniversario de la creación de la Facultad de Teología San Vicente Ferrer – UCV.
La conversación trató sobre la importancia de las humanidades, de los clásicos y de la filosofía con Jaime Siles, Catedrático de Filología Latina de la Universidad de Valencia, así como poeta: Siles es uno de los críticos literarios más respetados de este país. Se dialogó en un formato de entrevista con Fernando Delgado, periodista que dirigió los informativos de fin de semana de TVE durante un periodo importante.
La presentación general del acto corrió a cargo del decano de la Facultad de Teología San Vicente Ferrer, Santiago Pons.
Trento: el momento de mayor riqueza intelectual y artística para el cristianismo.
«La contrarreforma de Trento, aunque podamos estar de acuerdo o no con alguna de sus medidas, para el cristianismo es el momento de mayor riqueza intelectual y artística», señaló Jaime Siles. Trento se preocupa en explicar «cómo debe el artista conducir el público hacia Dios».
A partir del siglo XIX, apuntó el catedrático, la ciencia llega a la máxima atomización de la naturaleza para su estudio, un hecho que favorece «una atomización del ser humano que pierde su yo y entra en una crisis de sujeto» que dura hasta los años 20 del siglo XX. La industrialización atrajo a masas de campesinos a las ciudades «que se convierten en las nuevas babilonias». Estos campesinos «dejan atrás sus sistemas de creencias regidas por los ciclos naturales y sufren una pérdida de su identidad que coincide con la que también sufren los burgueses habitantes de las ciudades». Por ello, «no es una casualidad» que haya varias encíclicas contra el liberalismo como explotación del ser humano.
«La pérdida de Dios implica la pérdida del yo, porque el yo sólo está legitimado por la existencia de Dios», añadió Siles. «El yo pierde también la identidad y el lenguaje», porque antes «quien respaldaba el lenguaje era Dios, el logos». A juicio del poeta, todo esto genera «una nostalgia del absoluto en la que todavía vivimos» y provoca diferentes expresiones literarias tanto en España, de la mano de figuras como Unamuno o Juan Ramón Jiménez, como en Europa, con autores como Paul Claudel o T.S. Elliot.
La teología, como expresión de una fe que busca dar razón de su esperanza, «sale al encuentro del pensamiento y de la cultura de cada tiempo para anunciar su mensaje a los distintos hombres y mujeres de cada época en un diálogo sincero», afirma Antonio Praena, director de los actos celebrativos de la Facultad. La teología «sirve a la verdad en diálogo con los artistas y escritores de nuestro tiempo. Ellos nos narran inquietudes que laten en el corazón del ser humano». También debe establecer debate con periodistas y comunicadores «que están llamados a manifestar con trasparencia cuanto ocurre en nuestro mundo».
Interesante resultó también otra afirmación del poeta y crítico literario valenciano: «El catolicismo, desde Trento, no ha conseguido elaborar una retórica eficiente».
Fernando Delgado: «Cuando alguien reza hace que este mundo cambie para mejor».
La segunda parte de la sesión consistió en una especie de entrevista con el escritor y periodista Fernando Delgado, que respondió a las preguntas que le lanzó el profesor Antonio Praena.
Reconoció en esa charla que «gran parte de la inquietud y la emoción ante el misterio de lo sagrado me la transmitió mi madre peregrinando hasta el santuario de la Virgen de Candelaria» en Tenerife. A lo largo de la historia y en muchas culturas para la evangelización «la imagen de la Virgen María ha sido un espejo en el que imaginar la bondad y la belleza pura de lo divino».
«Cuando alguien reza para que las cosas cambien a mejor», dijo Delgado, «esa persona está haciéndose mejor a sí misma y está haciendo que este mundo cambie a mejor».
Destacó el ganador del Premio Planeta que tanto San Agustín como Santa Teresa están «muy presentes» en su obra literaria. «Sacando conclusiones para traer a la actualidad lo fundamental que han aportado muchos de los grandes santos de la historia, que además son cumbre de la cultura y la literatura, considero que lo más importante es tratar de realizar en nuestro tiempo y circunstancias lo que ellos hicieron en las suyas». A juicio de Fernando Delgado «mostraron su verdadera fidelidad y obediencia a la palabra», soportando dificultades con las que demostraron su «amor y compromiso» por la humanidad.
Fernando González Delgado
Fernando Delgado (isla de Tenerife, 1947) es licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado novelas, poemarios, crónicas y ensayos. En 1995 ganó el Premio Planeta por La mirada del otro, y en 2015 el Premio Azorín por Sus ojos en mí. Con su primera novela obtuvo el Premio Benito Pérez Armas; con la segunda, el Pérez Galdós.
Fue jefe de programas de Radio Exterior de España, director de Radio 3 y de Radio Nacional de España; consejero de Administración de RTVE, presentador y coordinador de los Telediarios del fin de semana de TVE y director del programa A vivir, que son dos días, en la Cadena SER. También fue director general de Tele Expo en la Exposición Universal de Sevilla.
Recibió el Premio Europa en Salerno, el Ondas Nacional de Televisión, el Antena de Oro de la Asociación de Radio y Televisión y el Villa de Madrid Mesonero Romanos. Los bibliotecarios de la Comunidad Valenciana lo distinguieron como bibliotecario de honor. Figura como presidente del Museo de Bellas Artes de Valencia.
Jaime Siles Ruiz
Jaime Siles nació en Valencia en 1951 y estudió en la Universidad de Salamanca, Tubinga y Colonia. Ha sido catedrático de las universidades de La Laguna y St. Gallen (Suiza), profesor invitado en las de Viena, Salzburgo, Graz, Turín, Bérgamo y Ginebra, así como en la de Madison (Wisconsin), y en la actualidad lo es de Filología Latina en la de Valencia. Autor de ensayos como El barroco en la poesía española (1976), Mayans o el fracaso de la inteligencia (2000) o Más allá de los signos (2003), y traductor de Paul Celan, Wordsworth y Arno Schmidt.
Su obra poética incluye títulos como Canon (Premio Ocnos en 1973), Música de agua (Premio de la Crítica del País Valenciano y Nacional de la Crítica de 1983), Semáforos, semáforos (Premio Fundación Loewe en 1989) e Himnos tardíos (Premio Internacional Generación del 27, 1999).
Recientemente ha publicado, junto con José María Micó, la antología Paraíso cerrado: poesía en lengua española de los siglos XVI y XVII (2003). En 2003 recibió el Premio Teresa de Ávila por el conjunto de su obra. Sus obras han sido traducidas al alemán, al italiano y al francés.