Fernando Ramón, ordenado obispo auxiliar de Valencia

El profesor Fernando Ramón recibe la ordenación como obispo auxiliar de Valencia

El arzobispo de Valencia, monseñor Enrique Benavent, presidió la solemne misa de ordenación episcopal del profesor de la Facultad de Teología San Vicente Ferrer de la UCV Mons. Fernando Ramón y de Mons. Arturo Javier García como obispos auxiliares de la Archidiócesis Valentina. La eucaristía fue concelebrada en la Catedral de Valencia por el Nuncio del Papa en España, Mons. Bernardito Auza, y más de 40 obispos y arzobispos.

A los obispos auxiliares se dirigió Enrique Benavent afirmando que “mayor es la responsabilidad que asumís ante Dios y ante la Comunidad cristiana. No recibimos el ministerio episcopal para nuestro provecho, sino para la edificación de la Iglesia” y ha pedido a la feligresía “orar por ellos para que su ministerio contribuya a la edificación de la Iglesia como comunidad de fe, esperanza y caridad”.

Mons. Benavent utilizó las palabras de San Agustín quien definió “el ministeri episcopal com un ofici d’amor. Hui li torneu a dir al Senyor que l’estimeu, que per això accepteu la missió de ser pastors del seu ramat. El episcopat és un ministeri d’amor a la Comunitat cristiana, a la que estem cridats a servir. Això ens ha de portar a viure el ministeri des de el perdó i la misericòrdia, a no convertir-nos en jutges que decideixen qui és bo o dolent, perquè també nosaltres estem necessitats de la comprensió, del perdó i de la misericòrdia de Déu i de tota la comunitat cristiana”.

El inicio del Año Jubilar Peregrinos de Esperanza convocado por el Papa “nos empuja a acercarnos a los que tienen el corazón desgarrado, a ser sembradores de libertad y de esperanza en el corazón de nuestro mundo. A los no creyentes, no podemos convertirnos en puertas que cierren a los demás el acceso a Cristo, sino en Iglesia de puertas abiertas que lo facilite a todos, como constantemente nos recuerda el papa Francisco”.

Imposición de manos a los nuevos obispos y entrega del báculo, mitra y anillo episcopal

Durante la liturgia de ordenación episcopal, tras la presentación de los nuevos Obispos y la lectura del mandato apostólico del papa Francisco, tuvo lugar la imposición de manos por el Arzobispo de Valencia y de todos los obispos concelebrantes. Este es el rito central a partir del cual ya son nuevos Obispos en la Iglesia.

Junto a la imposición de las manos, se realizó la oración consecratoria u oración de ordenación, y en ese momento los nuevos obispos tuvieron el evangeliario abierto sobre sus cabezas, que viene a representar “cómo el obispo ejerce su ministerio siempre sometido al Evangelio de Jesucristo, el que tienen que anunciar, predicar y vivir como ejemplo también para sus feligreses”.

A continuación, los nuevos obispos fueron revestidos con las insignias propias de su orden. Por tanto, recibieron la mitra, el báculo y el anillo episcopal, “los signos que los identifican como obispos en medio de la comunidad cristiana”.

Y también recibieron una nueva unción con el crisma, signo de la consagración que reciben por medio del Espíritu Santo.

Fernando Ramón y Arturo García recibieron una gran ovación por parte de todos los fieles presentes en la Catedral y el abrazo de todos los concelebrantes. Posteriormente, continuó la celebración.

Finalmente, los obispos auxiliares bendijeron al pueblo y tuvieron unas palabras, agradeciendo la presencia de todos en el acto y recogiendo el sentimiento de saludo y de acción de gracias a todos los presentes por acompañarles.

En la misa de ordenación episcopal participaron numerosos sacerdotes, familiares y allegados de los obispos auxiliares, y fieles y párrocos procedentes de sus localidades de origen y de aquellas parroquias a las que han estado vinculados.

Imposición de manos a Mons. Fernando Ramón

Mons. Fernando Ramón: “Confío que el Señor haga de este ministerio una fuente de esperanza para nuestra Iglesia”

Tras la celebración de ordenación episcopal, Mons. Fernando Ramón expresó su confianza en que «el Señor haga de este ministerio, que hoy recibimos, una fuente de esperanza para nuestra Iglesia, para que crezcan entre nosotros los lazos de comunión, se fortaleza nuestra fraternidad y podamos vivir con pasión la tarea de la evangelización, que tanto hoy nos urge”.

Y también pidió «que podamos también llevar esa esperanza a todas las personas que han sido víctimas de la catástrofe que ha golpeado nuestras tierras y siguen bajo el dolor por la pérdida de seres queridos y por las condiciones en que han quedado sus vidas, viviendas y trabajos.

Dio también gracias a Dios “que me hizo capaz, se fio de mí y me confió este ministerio” y “por todas las personas que ha puesto en el camino de mi vida”.

En primer lugar recordó a sus padres, “porque juntos hemos tenido una preciosa experiencia de Iglesia doméstica y me habéis ayudado a crecer en la fe y ser lo que soy y como soy” y también se ha referido a toda la familia, “familia de sangre y familia de fe”.

Así, tuvo palabras de agradecimiento “por todas las parroquias y comunidades en las que he servido y vivido con gozo mi ministerio sacerdotal”- en todas ellas, mi corazón se fue configurando con los rasgos del Buen Pastor- y también por el tiempo de formación en el Seminario de Valencia – al que he servido en los últimos quince años-, por la Facultad de Teología, y por los años de estudio en Roma”.

Igualmente, agradeció la cercanía y amistad “a los arciprestes, sacerdotes y parroquias que formáis parte de la Vicaría V, en la que he sido vicario episcopal escasos meses. Ahora mi servicio se amplía a toda la Diócesis, pero sabed que siempre ocupareis un lugar particular en mi corazón”.

“Gracias en definitiva a mi querida Iglesia de Valencia, presente en todos los sacerdotes, religiosos y laicos que Dios ha puesto en mi camino. Me siento hoy particularmente cercano a todos los sacerdotes a los que quiero servir, agradezco la experiencia de comunión vivida con los hermanos de la Fraternidad Iesus Cáritas y también con el Cabildo de esta Iglesia Catedral del que he formado parte. También siento la cercanía de todos los laicos de nuestra iglesia diocesana, sois un apoyo necesario para los sacerdotes”, expresó.

Y “también mi agradecimiento al que es cabeza de esta Iglesia, a nuestro arzobispo D. Enrique por su confianza y ayuda, por todo lo que de él he recibido desde que fue mi formador en el Seminario. Y a todos los obispos a los que el ministerio hoy me une en verdadera fraternidad. Me pongo a vuestro servicio, como el más pequeño de vuestros hermanos”.

Igualmente, recordó la celebración del Año Jubilar 2025 convocado por el Papa: “Hemos recibido el ministerio episcopal cuando hace escasos días que se ha inaugurado este Año Jubilar, que lleva por lema: “Peregrinos de esperanza”. Nos recuerda que somos peregrinos, que lo nuestro es caminar hacia la meta de nuestra vida, el encuentro definitivo con el Señor, pero es un camino que no hacemos solos”.

Por último, Mons. Fernando Ramón se ha encomendó a la Mare de Déu dels Desamparats: “Protégenos con tu manto y acércanos a tus hijos más queridos, los desamparados de nuestra sociedad”.

Imposición de manos a Mons. Arturo García

Mons. Arturo Javier García: “Como obispo querría ser muy dócil a la Iglesia”, para ayudar al Arzobispo y a la diócesis

Por su parte, Mons. Arturo Javier García, en sus palabras de agradecimiento tras la ordenación episcopal destacó la gran ayuda que ha recibido siempre de la Iglesia y de su familia.

“Empezando por mi familia, mis padres que me dieron lo mejor que podían dar a un hijo, que son mis hermanos, y toda mi familia, que aquí hay una representación. Y a la vez me dieron, por la Iglesia, el Bautismo. Y desde entonces todo han sido gracias, regalos de Dios Padre”.

Igualmente, agradeció “los amigos que hice en convivencias, campamentos…, algunos me acompañan hoy, y ya una vida en la Iglesia, con muchos curas que me han ayudado tanto. Todo por acercarme a la parroquia. Últimamente he podido volver y ayudar a servir a los cristianos tanto en Jarafuel, Teresa y Zarra, como en todo el Valle”.

Mons. Arturo Javier García recordó cuando “conocí a Fernando en el campamento de Cristianos sin Fronteras, y ya entré al seminario. Me sumo a su agradecimiento por él y por la Facultad de Teología: además yo estuve cuatro años en Santo Tomás, muy agradecido también, me forjó. Y volví con don Fernando a Moncada como director espiritual, también hago mía su acción de gracias, y a Santo Tomás donde permanezco como rector, que también agradezco su ayuda a don Luis, a los trabajadores y a los seminaristas que, con su buena disposición, me han ayudado mucho”.

Tampoco olvidó sus destinos pastorales: “Allí se forjó mi sacerdocio entre tantos feligreses ya santos o buscando serlos: mi pastoral en San José del Puerto de Sagunto, con don Miguel Alejandro, un padre; en Albal y Beniparrell, Torrebaja, Castielfabib, Los Santos, Torre Alta, Más de Jacinto, Arroyo Cerezo, Cuesta del Rato y Sesga, en el Rincón de Ademuz. Después en Villar del Arzobispo y en Turís” y, también, “más de trece años como Delegado de Misiones, visitando y conociendo a los misioneros, con tantas aventuras, que son la acción de Dios en la Iglesia, testigo del bien que hace la Iglesia en el mundo”.

Según expresó Mons. Arturo García “como obispo querría ser muy dócil a la Iglesia, para ayudar al arzobispo don Enrique que me recibió en el seminario: gracias por la confianza. Quiero ser un criado de Dios Padre que va por los caminos invitando a la fiesta del banquete, a que crean y acudan a misa, a escuchar la Palabra de Dios, a comulgar, a vivir en familia, en parroquia; a caminar por el camino de una felicidad verdadera y duradera hasta el banquete del cielo, que sólo se llega por Cristo, el camino, que está en la Iglesia, su cuerpo. Para esta tarea me siento sobrepasado, desamparado y pido a la Virgen María, Nuestra señora de los Desamparados, su intercesión”.

 

2025-01-14T15:32:07+00:00 13-enero-2025|Noticias de la Facultad, Profesores Facultad Teología Valencia, Sin categoría|Comentarios desactivados en El profesor Fernando Ramón recibe la ordenación como obispo auxiliar de Valencia