La Facultad de Teología San Vicente Ferrer de Valencia ha vivido este jueves, 28 de septiembre, la Apertura del Curso 2017-18. El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares Llovera, Gran Canciller de la institución universitaria ha presidido, primero, la eucaristía y, después, el acto académico con el que la Facultad ha abierto oficialmente el año.
La Iglesia de El Salvador del Valencia ha reunido a la comunidad educativa, a las 10:30 horas, en una misa presidida por el Cardenal. La eucaristía ha sido concelebrada, entre otros, por el Vice-Gran Canciller de la Facultad, Jesús Díaz Sariego o.p., y por el Decano-Presidente de la institución, Vicente Botella Cubells o.p.
En su homilia, el Arzobispo de Valencia pidió a los formadores y estudiantes de la Facultad de Teología “esfuerzo por la unidad y la reconciliación, capacidad para el diálogo y para comprender y ayudar sin nada a cambio, y sensibilidad a todo cuanto suceda a nuestro alrededor”. “Nuestro cometido es formar para evangelizar, para exhortar a la conversión del corazón, a una nueva manera de pensar y sentir”, precisó. Para lograr “el reto y la responsabilidad de la formación”, la Facultad de Teología necesita “amor y pasión por la Iglesia, vinculación filial y cordial al Papa y a los obispos, capacidad para compartir y servir y para comprender y ayudar sin nada a cambio, amor por el hombre y su dignidad, inserción en el mundo y en los problemas de los hombres y sensibilidad a todo cuanto suceda a nuestro alrededor”.
Por último, el Cardenal subrayó que la Facultad debe ser “una escuela de formación de sacerdotes, religiosos y laicos ilustrados e iluminados por la ciencia divina que aprendemos en la escucha de su Palabra y una escuela para la formación de cristianos, principalmente pastores, para la nueva evangelización”.
Tras la celebración eucarística la inauguración del curso se ha trasladado al salón de actos de la propia Facultad. Además de las autoridades eclesiales y del claustro de profesores, el acto ha contado con la presencia de la Rectora de la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir, Asun Gandía, así como de la Rectora de la Universidad Cardenal Herrera CEU, Rosa María Visiedo.
El Secretario General de la Facultad, Mariano Ruiz Campos, ha sido el primero en intervenir para presentar un resumen de la memoria del Curso 2016-2017. Ruiz ha repasado los eventos más importantes que se desarrollaron en la institución, así como los principales datos en relación con el número de alumnos de los diferentes estudios que se imparten en la Facultad de Teología San Vicente Ferrer.
Después ha sido el momento de la lección inaugural del curso dictada por Miguel Navarro Sorní, Vice-Decano de la Facultad y Catedrático de Historia de la Iglesia, que ha presentado “De Alfonso de Borja a Calixto III: motivos de un sorprendente ascenso al pontificado”. Interesante ponencia de uno de los mayores especialistas en los Papas Borja.
Miguel Navarro quiso hacer comprender a los presentes “por qué un clérigo valenciano llega a la sede de Pedro”. Explicó que el primer Papa Borja no llegó a serlo “por fortuna o por azar sino que se labró con el tesón firme y el empeñó que este clérigo valenciano puso en su propio encumbramiento hasta las más altas cimas de la Iglesia, tratando de arrastrar tras de sí, en el ascenso, a su familia”.
Una de las claves de ese ascenso se encuentra en los primeros años de Borja: es interesante conocer que el futuro Calixto III nace en el seno de una “sencilla familia de terratenientes acomodados”. “Sus humildes orígenes valencianos, exentos del brillo de la nobleza, marcarán el carácter de Alfonso de Borja, imprimiéndole la austeridad y modestia que usó siempre a lo largo de su vida”, apunta Navarro Sorní. Su gran capacidad de estudio hizo que sus padres le enviaran al Estudi General de Lleida donde se formaría en Derecho: “la elección de tales estudios revela la intención de hacer carrera en la Corte Real o en la Iglesia para lo cual el Derecho constituía entonces la vía más segura”.
Definió a Alfonso de Borja como “un hombre de carácter decidido, lleno de tesón y constancia, despierto y vivo, con una extraordinaria capacidad de trabajo, dotado de una voluntad férrea y perseverante”. En definitiva, “un luchador infatigable, avezado al sacrificio y al esfuerzo”. Para Miguel Navarro esas “virtudes son la base con las que labró su carrera hasta el Pontificado”.
No obstante, todas estas virtudes no hubieran servido de mucho “de no haberlas puesto bajo el servicio del joven y ambicioso rey de la Corona de Aragón Alfonso V, El Magnánimo”. Cree el ponente que “sin el apoyo del Monarca, Borja nunca hubiera llegado a ser Calixto III”. Navarro Sorní explicó en este punto la decisiva actuación del Rey de Aragón para conseguir que Alfonso de Borja acabara en la cima de la Iglesia. “Fue siempre, hasta alcanzar el Papado, un homo regis, es decir, un hombre del Rey”, expone. Ese servicio “le hizo ascender en la jerarquía eclesiástica”.
Todo cambió una vez Alfonso se convirtió en Calixto III, gracias al patrocinio de su candidatura por parte del grupo de cardenales de la casa Orsini detrás de la cual se encontraba el Rey de Aragón. Señaló Miguel Navarro que “desde el primer día del Pontificado el Papa valenciano mostró su voluntad de ser, ante todo, Papa, y por tanto imparcial”. “Era consciente”, explicó el Vice-Decano, “que su elección se debía a la gracia del Espíritu Santo y no a los manejos del Rey de Aragón”. Así pues, el primer cambio fue de carácter político ya que “el hasta ahora fiel servidor de El Magnánimo, se distanció de golpe de su antiguo señor” e incluso se le opuso en algunos casos.
Desgraciadamente, “las consecuencias de su enfrentamiento con el Rey fueron nefastas para el Pontificado de Calixto, que se agotó en la lucha contra el aragonés gastando en esta contienda sus mejores energías que no pudo dedicar a la reforma de la Iglesia”. Antes de acabar, Vicente Navarro argumentó que “la figura de Calixto III se ve exenta de los negros colores con que habitualmente suele presentarse la figura de los Borja. Nunca se le achacó ningún escándalo, ni se le acusó de conducir una vida licenciosa. Al contrario”. Sin duda fue un hombre “pasional, un carácter fuerte y enérgico pero dirigió esa pasionalidad y energía a la cruzada” que podríamos considerar su única obsesión a lo largo de su Pontificado.
AQUÍ PUEDES ESCUCHAR LA LECCIÓN INAUGURAL COMPLETA
La lección inaugural dio paso al saludo de bienvenida del Decano, Vicente Botella. En sus palabras anunció la próxima visita a la Facultad de la Agencia Vaticana de Verificación y Promoción de la Calidad (AVEPRO) que examinará la implantación de la cultura de la calidad en nuestra institución. Aprovechó la circunstancia para felicitar a la Comisión de Calidad de la Facultad “por todos sus desvelos y el trabajo realizado”. Esta visita debe convertirse “en un impulso para seguir creciendo”.
Citó el Decano la próxima Cátedra de Misionología que se ha creado con la colaboración de la Dirección Nacional de las Obras Misionales Pontificias. También agradeció la ayuda recibida de la Universidad Católica de Valencia (UCV) en todo lo relativo a un nuevo sistema de trabajo establecido en la secretaría puesto que “modernizará y agilizará muchas cosas en la vida interna de la Facultad”.
No olvidó el nacimiento, próximamente, de la Asociación de Alumnos y Antiguos Alumnos del Instituto Superior de Ciencias Religiosas que nace “con el propósito de dar a conocer en nuestra Archidiócesis y en la sociedad valenciana la importancia de los estudios que ofrece esta institución en sus dos especialidades, así como fomentar la formación permanente entre sus miembros”. Felicitó a los alumnos del ISCR Valencia por la iniciativa.
El decano hizo también una “alusión sentida a tantas víctimas inocentes que padecen y han sufrido el azote del terrorismo, de los cataclismos de la naturaleza, de la guerra o de la injusticia”. “Para todos ellos nuestro recuerdo cariñoso y nuestra oración”.
Cerró el acto académico el Cardenal Arzobispo Antonio Cañizares. El Gran Canciller de la Facultad de Teología reiteró la colaboración necesaria entre la ésta y la UCV. Y quiso anunciar que “es propósito de la Universidad Católica el trasladar aquí las Facultades o estudios Eclesiásticos que tiene: Derecho Canónico, Instituto Juan Pablo II para el Matrimonio y la Familia, Filosofía y Ciencias Religiosas”. Con ello “se estrecha más la vinculación que existe entre ambas instituciones” en las que está implicada la Diócesis de Valencia.
Cañizares también aprovechó el acto para exhortar a la Facultad de Teología a promover algún tipo de estudio o seminario en relación a varios temas: por un lado el quinto aniversario de la muerte del Cardenal Cisneros; por otro, la conmemoración de los 500 años de la Reforma Protestante “fundamentalmente por razones ecuménicas y para situar a cada uno en su lugar, no más, pero tampoco menos”.
Felicitó a la Facultad de Teología “por la dedicación que están teniendo para conseguir la proclamación del doctorado de San Vicente Ferrer, que será un gran servicio a la Iglesia” y animó a la Facultad, a la Orden de Predicadores y otras instituciones a seguir con esta tarea. Pidió a la institución académica “seguir colaborando y trabajando por la proclamación como doctor universal de la Iglesia de Santo Tomás de Villanueva”.
También pidió un lugar de formación y reflexión sobre las nuevas leyes que tiene previsto debatir el Parlamento Español, tales como “la ley LGTB, la ley sobre la eutanasia, la ley de libertad religiosa o la ley de vientres de alquiler”. “Está en juego nuestra sociedad, está en juego el hombre, está en juego el bien común y para nuestra Facultad eso no puede pasar desapercibido puesto que debe formar la sensibilidad de los alumnos sobre estos temas”, dijo el Arzobispo.
Tras esas palabras, Antonio Cañizares Llovera, Gran Canciller de la Facultad de Teología San Vicente Ferrer de Valencia inauguró oficialmente el Curso Académico 2017-2018.