Casi 200 personas se unieron y reunieron unidas en Cracovia (Polonia) entre los días 22 y 29 de julio de 2019 para celebrar el 45º Congreso Ecuménico Internacional promovido por la International Ecumenical Fellowship (IEF). Estuvo presente el responsable del Centro Padre Congar de Valencia, vice-presidente de la IEF, presidente de Comisión Teológica de la IEF y profesor de Ecumenismo en la Facultad de Teología San Vicente Ferrer el doctor Andrés Valencia. También participó como invitado al congreso el alumno de la misma Facultad fray Marcos Alexandre, op.
La cita reunió a representantes de varias confesiones cristianas y de más de diez países. El tema del congreso fue el pasaje de 2 Corintios 5, 14: El amor de Cristo nos apremia. La solemne apertura del congreso se dio el 23 por la mañana.
El congreso estuvo a cargo de la Región Polaca para su preparación, lo cual hicieron un excelente trabajo de acogida y preparación. En el congreso se pudo apreciar dos conferencias, una proferida por el profesor Rev. Dr. Darius Chwastek, que habló sobre la Eclesiología de la Renovación y la Unidad; y la segunda conferencia estuvo a cargo del Rev. Prof. Wieslaw Przygoda, en la que abordó el tema de la Misericordia de Dios Revelada en la Diakonía – la Iglesia se extiende en “la periferia”.
Además de estas dos conferencias, hubo varios momentos en los que los participantes del congreso pudieron tomar parte para discutir y reflexionar sobre temas actuales que desafían el trabajo ecuménico de las Iglesias, bien como también pudieron hacer preguntas y propuestas.
También fueron varios los momentos en que se reunieron todos para rezar en común: como por ejemplo en la eucaristía Luterana, en la Anglicana, en la Católica Romana, en la Víspera Ortodoxa, en la oración al estilo Taizé y otros momentos.
El Congreso también ayudó a los participantes a conocer mejor la realidad de las Iglesias en Polonia, sobre todo en Cracovia, y también a conocer la misma realidad de este país y ciudad. Por eso se realizaron algunos paseos turísticos en los que se pudo conocer varios puntos históricos y religiosos importantes de la localidad. Se podría destacar la visita al Santuario de la Divina Misericordia, el barrio Judío, la ciudad de nacimiento de San Juan Pablo II (Wadowice), el centro antiguo de la ciudad, etc.
La labor por el ecumenismo es un mandamiento que nos da el mismo Dios que quiere que sus hijos vivan como hermanos. Ecumenismo no significa uniformismo, sino que es la posibilidad de que pueda haber unión en la diversidad. Este congreso, una vez más, ha sido un profundo ejemplo de que sí, es posible vivir y convivir todos juntos como hermanos, pues esa unidad es una gracia fruto del amor de Dios, gracia derramada a aquellos hombres de buena voluntad.
El amor de Cristo apremia a todos los cristianos a vivir la unidad. No puede haber verdadera comunidad sin que el amor trinitario la rodee. Así que el 28 de julio por la noche se dio la celebración oficial de clausura del Congreso juntamente con la publicación de una declaración por parte de la IEF. Después, los participantes fueron enviados a comunicar los frutos de este congreso, enviados a proclamar: Quam bonum est et quam jucundum, habitare fratres in unum (¡Qué bueno y agradable es que los hermanos vivan unidos!).
(Texto elaborado por Fr. Marcos Alexandre, op)